
El movimiento acelera la orden ejecutiva del presidente Donald Trump que declara al inglés como el “idioma oficial” del país.
20 de agosto de 2025, 6:00 a.m. EDT
La administración Trump ha retirado silenciosamente una guía histórica que obligaba a las escuelas a acomodar a los estudiantes que están aprendiendo inglés, lo que alarma a defensores que temen que las escuelas dejen de ofrecer asistencia si el gobierno federal deja de hacer cumplir las leyes que lo requieren.
Esta medida, confirmada por el Departamento de Educación, forma parte de varios movimientos para reducir el apoyo a aproximadamente 5 millones de niños en escuelas que no son fluidos en inglés, muchos nacidos en EE.UU. También es un paso inicial en un esfuerzo más amplio para eliminar servicios multilingües en agencias federales, impulsado por el Departamento de Justicia.
Estas acciones aceleran la orden ejecutiva de Trump del 1 de marzo que declara al inglés como idioma oficial y coinciden con una campaña general de la administración para controlar la inmigración, incluyendo deportaciones.
Desde marzo, el Departamento de Educación ha despedido casi todo el personal de la Oficina de Adquisición del Inglés y ha pedido al Congreso terminar el financiamiento para programas federales que ayudan a educar a estudiantes que aprenden inglés. La guía sobre la enseñanza del inglés fue etiquetada como “retirada” y permanece en línea solo “con fines históricos”.
El Departamento de Educación dijo que esta guía fue retirada porque “no está alineada con la política de la administración”. El Departamento de Justicia, que también supervisa la aplicación de estas leyes, indicó que creará una nueva guía para priorizar el inglés, explicando cuándo la asistencia multilingüe sigue siendo necesaria.
Durante décadas, el gobierno federal ha considerado que no proveer recursos a quienes no dominan el inglés es discriminación basada en el origen nacional, bajo la Ley de Derechos Civiles (Título VI). Al retirar esta guía, la administración Trump señala que podría dejar de hacer cumplir esa interpretación.
El fiscal general Pam Bondi dijo que tratar diferente a quienes no dominan el inglés no necesariamente constituye discriminación por origen nacional. El Departamento de Justicia suspende también otras guías de acceso lingüístico y promete nuevas reglas a mediados de enero para “promover la asimilación sobre la división”.
Defensores temen que esta retirada abra la puerta a una menor calidad en la enseñanza para estudiantes de inglés y debilite décadas de protección legal.
Algunos distritos escolares podrían dejar de ofrecer estos servicios, especialmente aquellos con problemas financieros.
En meses recientes, el Departamento de Justicia liberó a algunos distritos (Boston, Newark, Worcester) de la supervisión federal para asegurar servicios a estudiantes que aprenden inglés.
Los partidarios de restringir la inmigración ven con buenos ojos aliviar la presión sobre las escuelas para que ofrezcan estos servicios.
Grupos como U.S. English reconocen la necesidad de apoyo para estudiantes no anglófonos, pero consideran que el multilingüismo puede dificultar la enseñanza temprana del inglés.
Las obligaciones para atender a estudiantes que aprenden inglés provienen de dos leyes federales: la Ley de Derechos Civiles de 1964 (Título VI) y la Ley de Oportunidades Educativas Iguales de 1974, ambas interpretadas por sentencias históricas que establecen que las escuelas deben proveer servicios de enseñanza en inglés.
La guía retirada en 2015 explicaba cómo las escuelas deben cumplir con estas leyes.
Expertos y defensores señalan que sin esta guía y sin presión federal, la enseñanza a estudiantes de inglés podría debilitarse, lo que sería un retroceso importante.